Rodrigo Bentancur: identificación de 'triggers' de presión y gestión post recuperación
- LIBROFUTBOL.com

- 29 sept
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 22 oct
Por Sebastián Esquerre. Scout en Deportivo Maldonado (Uruguay). Analista de rendimiento.

En la Premier League, un detalle táctico puede marcar la diferencia entre una recuperación estéril y una jugada de gol. Rodrigo Bentancur, mediocampista uruguayo del Tottenham, volvió a confirmar por qué es un futbolista tan valorado por entrenadores y analistas. En la victoria frente al Brighton (Jornada 5), participó directamente en el primer gol de su equipo a través de una secuencia que refleja su esencia: capacidad para leer el juego, técnica orientada a la progresión y una inteligencia competitiva difícil de igualar.
Lo interesante de la acción no reside solo en la recuperación inicial, sino en cómo Bentancur conecta todas las fases: presionar, ganar el balón, orientarse hacia adelante, manipular rivales y decidir con precisión en zona de finalización. Su intervención resume gran parte de las cualidades que lo distinguen en la élite.

El momento clave surge cuando Carlos Baleba recibe un pase defectuoso: a media altura, con exceso de fuerza y de espaldas al arco rival. Para la mayoría, podría pasar desapercibido; para Bentancur, es una señal inmediata. Interpreta la dificultad del rival como un trigger y activa la presión.

No se trata de correr por instinto, sino de una lectura táctica que combina distancia, ángulo de entrada y timming. Con un sprint corto y agresivo, logra incomodar la recepción, disputando el balón y dejándolo dividido en una zona favorable. Esta acción es el ejemplo perfecto de cómo un mediocampista puede transformar un error ajeno en una oportunidad colectiva.

Asegurada la recuperación, Bentancur no se precipita. Se ofrece como apoyo al compañero que controla la posesión y utiliza ese breve lapso para realizar un escaneo del entorno. Ese gesto -mirar antes de recibir- le permite anticipar la posición de la última línea del Brighton y el espacio libre a su espalda.
La consecuencia directa de ese escaneo es la calidad de su recepción. Controla con la pierna izquierda, la más alejada del rival, y orienta el cuerpo hacia adelante. Este detalle técnico le evita un control extra y le permite progresar de inmediato. En el fútbol de élite, donde cada segundo cuenta, esta capacidad de perfilarse de forma óptima marca la diferencia entre un pase lateral y una acción vertical.

A partir de ahí, inicia una conducción que obliga a la defensa rival a retroceder. Sin acelerar en exceso, mantiene el control de los tiempos, generando que la zaga del Brighton se hunda hacia su propio arco.

El factor diferencial radica en cómo utiliza los desmarques de sus compañeros. Los movimientos de ruptura no son solo opciones de pase, sino también herramientas de manipulación. Bentancur amaga con ejecutar un pase profundo en diagonal, lo que provoca la basculación del defensor.
Ese engaño abre un ángulo alternativo: un pase interior más favorable que conecta con un compañero en ventaja. Su capacidad para usar a los compañeros como señuelos muestra un entendimiento avanzado del juego colectivo.

La secuencia culmina dentro del área rival. Bentancur, tras ofrecerse nuevamente en apoyo, recibe en una posición diagonal que amplía su campo visual. Desde allí, dispone de un rango cercano a los 180º, lo que le permite identificar rápidamente a los defensores y al jugador libre.
No se apresura: controla, evalúa y selecciona la mejor opción. Finalmente, habilita a Kudus con un pase preciso, entregándole la pelota en el momento justo y en la mejor zona para finalizar. En esa acción se observa la síntesis de su juego: claridad para detectar la ventaja y capacidad técnica para ejecutarla sin errores.
Conclusión
La jugada frente al Brighton no es un hecho aislado, sino una radiografía del perfil de Rodrigo Bentancur. Se trata de un mediocampista que entiende el juego desde la inteligencia táctica, que se anticipa a las situaciones del partido, que reacciona y que transforma recuperaciones en acciones productivas. Su valor en el Tottenham va más allá de las estadísticas: está en los pequeños detalles que conectan defensa y ataque, presión y creación, recuperación y gol.
En un fútbol donde cada decisión bajo presión puede cambiar el destino de un partido, Bentancur reafirma su condición de futbolista total, capaz de dar sentido al juego en diversos lugares del campo.

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